Un canto a la esperanza y un grito contra el olvido. La obra rememora el momento en que Pablo Neruda, con el soporte del gobierno chileno, abrió las puertas del país a más de 2000 republicanos españoles exiliados El 3 de septiembre de 1939 llega el Winnipeg al puerto de Valparaíso. Pablo Neruda, con el soporte del gobierno chileno, había fletado este barco, ayudando a escapar a más de dos mil republicanos españoles que malvivían exiliados en Francia. Muchos de ellos, autonombrados “los hijos de Neruda”, nunca más volverían a España.
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